Movimiento 8
De Saint Paul al Mall
Justo al bajarme del avión no tenía idea de cómo salir del aeropuerto. Vamos, ni siquiera sabía dónde me encontraba. Caminé siguiendo un grupo de gente y esperando que fuera la dirección indicada. Lo fue. Me hallé frente a un mapa de gran tamaño, compartiendo la vista con una niña de seis años y medio, cabello rubio y ojos agudos (casi tan agudos como sus pensamientos) que me preguntó sin más, con esa naturalidad infantil que la consagra, a dónde iba, qué estaba buscando. Le dije que necesitaba hallar la estación de metro, tren o algo así porque tenía que llegar a un Mall muy grande para verme con mi primo. La madre de la niña, una profesora de física en la Universidad de Minessota, corpulenta y muy amable, intervino en la conversación y se ofreció a llevarme. Había sinceridad en sus ojos y acepté, después de todo, un pequeño ahorro en el pasaje bien valía el riesgo.
Recogimos su equipaje, nos reunimos con su esposo, un hombre amable también, simpático y un tanto despistado (tal vez) que da clases en una escuela privada en Wisconsin; y nos dispusimos a rodar hacia la plaza comercial. En el camino iban conversando de política, Poco a poco las elecciones están levantando pasiones y veremos quién gana. Los demócratas parecen tener una ventaja, pero el argumento de la pareja era que, al pelearse entre ellos, debilitan mucho al partido. Ya se verá. Por lo pronto, llegamos al sitio, nos despedimos y les agradecí infinitamente el favor. Tenía tiempo de sobra, por lo que decidí dar un paseo por el lugar.
No logré conocerlo todo, pero ya estoy agotado. El sitio me recuerda a Perisur, por supuesto que no hay comparación, pero es lo que surge en mi mente al estar aquí. No hay mucho que contar, no estoy tan inclinado al arte de comprar y gozar en un sitio como éstos. Vi una buena oferta de una tarjeta para mi cámara y la compré. También vi una cámara que me gustó, pero pienso platicarlo primero con mi madre, además, le diré a mi primo que me aconseje sobre el sitio en que debo comprarla.
Hablando de Víctor… lo estoy esperando. Veremos si llega a las 3, según quedamos, o tengo que esperar un poco más. No me importa mucho esperar, mientras no exceda mi hambre Ahora tengo sueño… el cansancio parece vencerme de a poco. ¡Ya estoy aquí! Vic, ¿dónde estás?
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